La Libertad de Ser: Las Fronteras de los Miedos Básicos Más Comunes a Todos

La Libertad de Ser: Las Fronteras de los Miedos Básicos Más Comunes a Todos

El miedo es una emoción como hemos explicado bien básica, que ha evolucionado según el ser humano lo ha hecho en su forma de vida.

El miedo yace en la base de las decisiones, de las elecciones, de las expresiones más compulsivas y reacciones más habituales que tenemos en la vida cotidiana. Si tememos al miedo, si no lo miramos en sus manifestaciones, si no lo observamos, esta fuerte emoción es capaz de manipular Y bloquear cada momento de la vida. Hablar de él con conciencia es liberarse un poquito más de él, observar cómo funciona, de qué se alimenta, por qué vive dentro de ti es liberarse un poquito más de él. La Conciencia en aquello que abordamos en la vida da una calidad de presencia a eso que haces, dices, expresas y observas.

Muchas personas no saben que tienen ciertos miedos porque no han llevado su conciencia a esos lugares de sí mismos o no han llevado al núcleo del conflicto esa luz, por lo tanto, actúan desde él sin saberlo ni darse cuenta. Se puede ser un esclavo sabiéndolo o se puede ser un esclavo creyendo que no lo eres y haces lo que quieres. ¿Y cómo sé que soy un esclavo? Cuando hay sufrimiento en tu vida. Ahí una parte de ti no está liberada, no se siente con la libertad de Ser.

El trabajo del Minotauro ayuda a guiar a la conciencia a esa emoción para que sea sostenida por ella y el sistema nervioso pueda vivirla desde la acogida del amor, del cariño, pueda ser abrazada y amada. Cuando esto se vive, se produce una reorganización en nuestro sistema cuerpo-mente (tomando esta última como el conjunto de pensamientos, creencias, emociones y sensaciones) dando un salto hacia arriba y hacia delante en el camino de autoconocimiento y conexión interior para seguir o comenzar desarrollando potencialidades innatas existenciales. Esto se traduce en una mayor conciencia, presencia y la toma de la libertad de vivir.

Cada ser humano oculta y manifiesta sus miedos de maneras muy distintas, y aunque todos los vivamos con una calidad de intensidad, la verdad es que todos ellos son comunes a toda la raza humana, por lo tanto hay una ancha banda de manifestación del miedo y quiero avanzar un pequeño análisis para que vaya calando en la conciencia de quien lea esto.

Rolando Toro llamó “Fronteras” a esa ancha banda de manifestación del miedo,  4 barreras básicas que hablan de distintas áreas de la vida en la que esos núcleos de conflicto se expresan según la configuración de cada uno.

Cada “frontera” es una ancha gama de bajas frecuencias, que abarca distintas manifestaciones concretas y detalladas que oscilan en esa banda y que tienen que ver con lo siguiente. La primera es la:

FRONTERA DEL MIEDO a VIVIR

Trabajar en esta frontera supone comenzar a caminar la vida con atención, con presencia, con la consciencia de sentirte y sentir lo de fuera, avanzar por ella con confianza, con decisión, decidir vivir la vida con pasión, con entrega a cada paso que decides dar, en la dirección que elijes o aceptando en la que toca ir Cuando comienzas a confiar en ti mism@, confías en tu criterio, en tu sentir, en la cualidad y calidad de lo que vives. Cada obstáculo del camino lo haces un reto, una prueba de superación y autoconocimiento de las habilidades que has de desarrollar para encontrar tu éxito personal.

Cuando nacemos en un sistema familiar, automáticamente heredamos las memorias del mismo, naciendo de alguna manera ya condicionados. Toda la infancia se desarrolla en un entorno y con unos cuidados (existan o no) que determinan posteriormente la forma de vivir la vida. Además podemos añadir que nuestra propia naturaleza individual también es un condicionante, ya que nos manifestamos según unos genes activos que nos hacen únicos.

Para unos la primera infancia y adolescencia hasta la edad adulta ha sido fácil, divertida, rebelde, amena, enriquecedora o castradora…Igual que lo que ocurre influye cómo nos manifestamos, lo que somos hace de ello una forma de manifestarnos:  más agresivo, más pasivo, más comprensivo, más reactivo, levantando barreras de defensa en las relaciones, o sometiéndose a ellas a cambio de una pizca de atención, contrayéndonos, expandiéndonos o invadiendo, controlando, sometiéndonos, cohibidos, orgullosos y prepotentes, llamando la atención o pasando desapercibidos…

Todas estas experiencias nos hacen la vida más expansiva o represiva…aunque tanto una opción como otra pueden estar bañadas de falta de seguridad, de conocimiento, de autoexigencia, de vergüenza…por lo que generan un sufrimiento innecesario que hemos de sanar para poder vivir experiencias existenciales enriquecedoras, con conciencia.

La vida pasa, el tiempo de vida se gasta, y, haciendo memoria de experiencias, puede que no lleguemos a la conclusión de haber aprovechado y disfrutado la vida como nos hubiese gustado.

La vida es innata y su potencialidad anda pareja a nosotros según va pasando. ¿Qué hacemos nosotros con ella mientras pasa? Eso es otro cantar, y es ahí donde hemos de profundizar en cada momento de ella en el que sintamos que damos vueltas en círculos si avanzar ni evolucionar, sea cual sea el área de la vida a tratar.

Caminar por la existencia con miedo es dejar de estar presentes en el momento, es temer sentir aquello que creo me puede hacer sentir la muerte, bien de una relación, de un trabajo etc…El corte y el desapego asustan, la muerte y el fin de cualquier cosa asusta…es dejar de creer en uno mismo y dudar de todo, es una cadena de inseguridad que puede tener distintos grados de intensidad. La vida está llena de vicisitudes, y éstas te hacen más fuerte, más habilidoso, más capaz…o bien te hacen rendirte y vivir sin vivir en ti. Si te pones a pensarlo. ¿Qué sería de tu vida y de tí sin esos obstáculos? ¿Cómo habrías reaccionado sin ellos? ¿Serías como eres ahora?

Lo que está claro es una cosa, lo que no te mata, te ayuda a avanzar y evolucionar, así que adelante con el reto…nunca es tarde para seguir profundizando en las propias limitaciones, porque es ahí donde se haya tu verdadera fuerza, tu verdadero poder, y es ilimitado. ¿Quieres explorarlo?¿Quieres caminar por la vida confiando en ti y en tus recursos?¿Quieres dar un paso firme sin temor al error o a confundirte?¿Puedes hacer de cada error una oportunidad de crecimiento?¿Quieres construirte con cada experiencia vital sea la que sea que la vida te ponga por delante?

Caminar con decisión es amar tu camino, y esa es la gran meta de cada uno de vosotros en la vida.

Seguiremos hablando en próximos artículos acerca de las demás fronteras de los miedos.

¡Anímate y participa con nosotros en este Minotauro de Septiembre!