¿Cómo el miedo afecta en la vida cotidiana?
El miedo es una emoción muy primaria. La intensidad que adquiere a lo largo de la vida depende de varios factores. La sociedad occidental, el marco donde te has desarrollado, no está llena de animales salvajes o tribus invasoras en el sentido literal, sin embargo las vivencias que a veces tienes en una ciudad corresponden exactamente a los sentimientos de temor que esas vivencias producen en tí: cuando te sientes excluido en un grupo y vives la agresividad contra ti de ciertos integrantes, o tu jefe te habla con altanería y superioridad, o un amigo o una pareja o una suegra no escucha lo que necesitas y quiere controlarte, o ante un publico te quedas seca y bloqueada sin poder exponer tu conferencia…La situación no es la misma, sin embargo la forma de vivirlo denota como si el mundo fuera a agredirte y tuvieras que desarrollar fuerzas de supervivencia contra él, como si ahí fuera estuviera el enemigo, como si todas esas personas que aparecen en el escenario de tu vida quisieran que fueras menos, que no existieras, que fueses un esclavo etc…
En realidad el miedo surge cuando sientes que el mundo de fuera te está amenazando, cuando te ves en peligro, lo que ocurre es que ese “peligro” no es exactamente físico, sino emocional. Los miedos que actualmente están bloqueándote tienen un origen completamente emocional y psicológico.
¿Qué hay detrás del miedo?
Detrás de esos miedos hay un terrible pánico a ver lo que eres, la magnificencia de tu ser, la belleza de tus cualidades y la perspectiva de tus sueños, y también hay un terrible pánico a reconocer aquellos aspectos de ti mismo que odias, que no aceptas, que detestas…aunque eso sea lo que no eres en esencia…
¿Qué implica el MIEDO en tu vida?
Es la emoción más básica de supervivencia que, por una parte, ayuda a sobrevivir, y por otra, bloquea al ser humano en todo aquello que es desconocido o sospechosamente “amenazador” en su vida. Cuando ese miedo se activa o se alimenta, la persona se mueve limitadamente, la visión de las situaciones se vuelve oscura y temerosa, lo cual hace que las acciones sean más restrictivas, y poco a poco, viviendo desde el miedo, te das cuenta que eres esclavo de él, que domina y maneja tu vida, tus decisiones, tus actitudes, tus pensamientos… ¡todo empieza a corromperse y empequeñecerse a partir de él!
El miedo psicológico no es un agente externo (un león que viene a devorarnos), sino interno, que es despertado por un jefe, una suegra, un animal, una situación sencilla como cruzar una calle, relacionarte con un hombre o una mujer, coger un coche etc…. Pertenece a tu laberinto propio inconsciente de autoengaños construidos a partir de situaciones de la vida dolorosas que moran en las memorias de cada uno. Si vives toda la vida dominado por él, serás un esclavo, si puedes mirarlo frente a frente y aprovecharlo para sacar la fuerza necesaria para enfrentar situaciones, pues podrás hacerlo un aliado que te hace desarrollar recursos internos que te validan para sobrevivir con éxito.
Cuando lo miras, te enfrentas a él, y pierde su fuerza. Cuando lo afrontas, pierde el control que ejercía en tu vida. Cuando le atiendes y escuchas, puede enseñarte mucho de ti mismo y acerca de lo que te conviene, de tus límites etc…ES LA MANERA DE RELACIONARTE CON EL LO QUE HACE QUE CAMBIE EL EFECTO QUE TIENE SOBRE TI.
¿Qué alimenta tu miedo?
Alimentas tu miedo cuando detrás de él hay una creencia o varias que limitan la apertura vivencial a otras posibilidades que no sean el fracaso, o aquello que más temes. Toda una configuración interna dentro de la mente de la persona, generalmente inconsciente, está actuando para ayudarte a no pasar por aquello que temes, sin embargo, actúa simultáneamente evitando lo que te hace crecer, aprender y evolucionar, que es simplemente enfrentarte a eso que más temes. Posiblemente las raíces de esos miedos estén en la baja autoestima, los sentimientos de rechazo, el dolor del abandono, la sensación de aislamiento, de inadecuación, de no se merecedor…heridas profundas que moran en la inmensidad de tus memorias celulares y son activadas ante determinadas situaciones, o personas, o circunstancias, como si apretasen un botón y emergiese esa sensación de querer desaparecer.
Hay tres formas de enfrentar aquello que más nos produce miedo o pánico desde la perspectiva de supervivencia: la agresividad al enfrentarnos en la lucha, la huída o escapar de ello rápidamente para evitar ese conflicto y el pasar completamente desapercibido y adaptarme a unas circunstancias que no me implican en el asunto que temo.
Todas ellas nos hacen reaccionar limitándonos.
Sin embargo en el Proyecto Minotauro la propuesta es distinta, porque el entorno no es agresivo sino amoroso, no es donde las defensas tengan que ser activadas, sino que hay un profundo respeto por lo que sientes y eres, no eres rechazado y si acogido y abrazado en esa vulnerabilidad… Cuando vives ese temor en ese marco, entonces se crean internamente nuevas conexiones neuronales que te proporciona esa experiencia para que tu cerebro tenga una memoria cercana de la resolución del conflicto interno y el temor sea aligerado o se disipe definitivamente. Es una ayuda, un apoyo, es una reverberación de la fortaleza interior, de la grandeza que hay dentro de ti y te atreves a sacar, del valor, del coraje, de la verdad propia…es una afirmación o una integración o una armonización que necesitas vivir para pasar página, para resolver una parte de tu vida que ya necesita evolucionar.
La experiencia de vivir eso en ese entorno amoroso te deja que veas más posibilidades, que tengas una visión global, que puedas acceder a tus recursos internos que necesitas para esas situaciones, que no son ni el enfrentamiento, ni la huída ni la adaptación, sino que son una toma de conciencia para elaborar una respuesta nueva más equilibrada que te apoya en la construcción de una vida más consciente y libre.
El reto es la herramienta para llegar a acceder al gran tesoro que llevas dentro y está cerrado con llave. La llave es el minotauro y el coraje de tomar ese reto. La puerta la atraviesas tú acompañado de un grupo y de un facilitador que te abrazará pase lo que pase. No hay nada más tierno que abrazar a alguien que acaba de pasar por una situación de miedo o pánico, esa vulnerabilidad explícita, relajarse en ella, le permite una calidad interior que antes era rechazada por ese muro.
Saca lo mejor que hay en ti y construye tu vida desde tu libertad.
Anímate y acompáñanos en este bello proyecto.